2011(e)ko martxoaren 8(a)

GUSTAV MAHLER

 

Personalidad

Existe cierto consenso para calificar a su personalidad de bastante particular. El gran temor -que por otra parte algunos califican de reverencial- que le provocaría asumir una nueva composición después de la Octava y "para no tentar al destino" (cita de Alma), en vez de llamar a esta obra Novena Sinfonía prefirió nombrarla como la mencionada Canción dedicada a la Tierra. Esta obra, construida para acompañamiento solista e inspirada en una serie de poemas traducidos del chino obsequiados a su esposa Alma Mahler, le exoneraría de un enfrentamiento anticipado con la muerte, esquivando la maldición que supuestamente habría cobrado las vidas de Beethoven, Schubert y Bruckner, justo después de traspasar el nueve en la numeración de sus sinfonías.
Dentro del teatro era un director exigente. No permitía conversaciones, murmullos o retrasos en los conciertos que dirigía, sentando desde su época la iniciativa de solicitar del público una actitud respetuosa antes y sobre todo después, una vez inciado el concierto. Constantemente se involucraba en disputas con los músicos y en varias ocasiones despedía a intérpretes que a su criterio rayaban en la mediocridad. Sus exigencias en los ensayos, inaceptables para un músico de su tiempo, demandaba entre otras cosas que nadie se retirara mientras él no lo ordenase, a pesar de la hora, razón por la cual los problemas con las orquestas y sus administraciones estaban a la orden del día. Esta y demás circunstancias propiciaron una confrontación, sin importantes reacciones por parte de Mahler, con un grupo exacerbado de la prensa vienesa.
Con media ciudad señalándolo a causa de esto, pese a todo los resultados obtenidos eran excepcionales y sus presentaciones dejaban asombrada a la audiencia. La parte del periodismo más extremo terminaba por reconocer la inquebrantable actitud, y que la suma de su renovación artística, opuesta a la mediocridad que reinaba por entonces en el statu quo europeo, ocurría como definitivamente necesaria. Las interpretaciones de las óperas de Richard Wagner y de Mozart, la exclusiva ejecución de las sinfonías de Beethoven con los retoques de la orquestación y la instrumentación de sus cuartetos de cuerda, así como las adecuaciones en la plantilla orquestal de las sinfonías de Robert Schumann, introdujeron una nueva manera de interpretar a estos compositores, consiguiendo un alto nivel que, según especialistas, no ha sido superado desde que Mahler fuese obligado a dejar su puesto en Viena o luego de que enfermase gravemente en Nueva York.
Este compositor-director era un entusiasta aficionado al ejercicio físico y al deporte. Disfrutaba mucho paseando en bicicleta, a caballo, al montañismo, a la natación y al remo. Cuando en 1907 descubrió que tenía la lesión coronaria se le prohibió terminantemente desarrollar estas actividades. Esto lo desanimó, ya que el deporte y los prolongados paseos en medio de la naturaleza (una constante en el comportamiento de varios de los grandes músicos) las había convertido en una pasión y en una necesidad. Procuraba siempre vestir elegantemente. Amante de la filosofía y de la literatura, gustaba leer en voz alta a filósofos y poetas como Platón, Kant, Goethe, Dostoievski, Keats, entre otros.
Debido a su estrecha agenda laboral, Mahler sólo podía dedicarse a la composición durante el verano. Desde muy temprano gustaba recluirse en una reducida cabaña cerca de su casa, fabricada expresamente para la creación, en la que podía componer sin ser molestado. Pedía no ser interrumpido y tenía estrictamente prohibido a sus allegados siquiera acercarse a la cabaña mientras lo hacía. Este dato eminentemente cotidiano es prácticamente inédito en la historia de la Música. Casi nunca, salvo contadas excepciones, se han tenido noticias más ilustrativas de una intimidad creadora.


Obra

Son diez las sinfonías de su catálogo si bien la última quedó inacabada a su muerte. De ellas, las números 2, 3, 4, y 8 –la que le concedió en vida el único sonado triunfo en su estreno incluyen la voz humana, amplificando hasta extremas consecuencias el complejo modelo coral de Beethoven en la última parte de su Novena.
En lo que respecta a la Décima Sinfonía, de la cual el compositor alcanzó a completar el Adagio y el Purgatorio, es decir el primer y tercer movimientos, fue objeto de reconstrucción por parte del musicólogo y estudioso de Mahler Deryck Cooke, habiendo podido persuadir a Alma Werfel-Mahler de que levantara en 1960 el veto que pesaba sobre los bocetos de los movimientos restantes, dejados en su poder poco antes de la muerte de su marido. A partir de estos, Cooke elaboró una "más que probable" versión de la obra por tres ocasiones.
Anna Mahler, la hija sobreviviente del compositor, proporcionaría a Deryck Cooke -después de la desaparición de su madre- apuntes eludidos en su día por Alma al musicólogo inglés que consolidaron su laborioso trabajo de reconstrucción. Tal como lo ha relatado él mismo, y La Grange en su extensa biografía, la primera oferta interpretativa del profesor recibió la emocionada acogida de Alma, lo que estimuló al británico a efectuar dos revisiones exhaustivas, ahora en posesión de los bocetos que la hija de Mahler hubo de proporcionarle. Estos apuntes celosamente custodiados vinieron a replantear el enfoque que recibieron de su parte el segundo, cuarto y quinto movimientos (los menos elaborados del manuscrito) de la que se ha llamado desde entonces la Décima de Gustav Mahler.
Existen otros intentos para hacer ejecutable esta sinfonía. Clinton Carpenter, Joseph Weeler y Remo Mazzetti, o el director de orquesta Rudolf Barshai, plantearon su personal punto de vista. Todos estos han merecido por lo menos una -o varias, en el caso de Cooke- grabaciones correspondientes.
Como dato adicional pueden mencionarse las transcripciones para piano de sus obras (a cuatro manos y dos pianos). Bruno Walter hizo una para cuatro manos de la Segunda Sinfonía; el pianista August Stradal realizó otra trascripción de la Quinta para dos pianos. De la misma forma, el pianista y musicólogo austriaco Erwin Ratz transcribió el Adagio de la Décima sinfonía para dos pianos.
Para saber más: http://es.wikipedia.org/wiki/Mahler
                         http://www.gustav-mahler.es/
Escuchar un fragmento 3a. sinfonia: https://sites.google.com/site/lanpernamusu/mahler3sinfonia5movimiento

3 iruzkin:

  1. gracias por tu comentario y lo mismo te digo,lo acabo de publicar.

    ErantzunEzabatu
  2. Importante que se siga escribiendo de una personalidad musical tan característica como la de Mahler.
    Un saludo

    ErantzunEzabatu